

En uno de esos días en lo que intentaba vencer las barreras mentales, debatiéndome por dentro sobre si finalmente me animaría a publicar mis tesoros, un amigo músico me pidió que me tapara los oídos con las palmas de las manos, tomó el diapasón, aquella barra metálica en forma de U que, al moverla, produce un tono determinado; lo agitó, lo apoyó en mi codo y al instante oí un sorprendente sonido que subió desde mi codo hasta la palma de la mano con la cual me cubría el oído.
Redobló la sorpresa y le pidió a otra persona que apoyara una palma en una parte de mi cuerpo y esta vez, luego de agitar el elemento, lo apoyó en el otro individuo, y aun así, el sonido se escurrió y subió desde la parte del cuerpo del otro hasta mis oídos. Vinculándonos y haciéndonos uno.
A juzgar por mi cara de asombro, demostré precisar una inmediata explicación. La obtuve. “El sonido es vibración”, dijo sin saber que se transformaba con esa expresión en un eslabón clave para darle rienda suelta a mi próxima publicación.
Desde ese momento, desde la prisión de mi silencio, privada de mi verdad y de mi libertad, describí en cada uno de mis libros el escape maestro del alma fugitiva que hoy, después de tanto, tanto, vive en la celeridad de la transformación de su propia realidad.
Con su permiso, apoyaré mi diapasón corazón en quien me lo permita y haré que mis bandas sonoras de luz, amor y sanación recorran su trayecto.

En uno de esos días en lo que intentaba vencer las barreras mentales, debatiéndome por dentro sobre si finalmente me animaría a publicar mis tesoros, un amigo músico me pidió que me tapara los oídos con las palmas de las manos, tomó el diapasón, aquella barra metálica en forma de U que, al moverla, produce un tono determinado; lo agitó, lo apoyó en mi codo y al instante oí un sorprendente sonido que subió desde mi codo hasta la palma de la mano con la cual me cubría el oído.
Redobló la sorpresa y le pidió a otra persona que apoyara una palma en una parte de mi cuerpo y esta vez, luego de agitar el elemento, lo apoyó en el otro individuo, y aun así, el sonido se escurrió y subió desde la parte del cuerpo del otro hasta mis oídos. Vinculándonos y haciéndonos uno.
A juzgar por mi cara de asombro, demostré precisar una inmediata explicación. La obtuve. “El sonido es vibración”, dijo sin saber que se transformaba con esa expresión en un eslabón clave para darle rienda suelta a mi próxima publicación.
Desde ese momento, desde la prisión de mi silencio, privada de mi verdad y de mi libertad, describí en cada uno de mis libros el escape maestro del alma fugitiva que hoy, después de tanto, tanto, vive en la celeridad de la transformación de su propia realidad.
Con su permiso, apoyaré mi diapasón corazón en quien me lo permita y haré que mis bandas sonoras de luz, amor y sanación recorran su trayecto.

28 rulemanes
Puedo decir, por primera vez, que tengo amarras y que me sujetan cuerdas. A decir verdad, aun así, me siento libre. Quizá sea porque el mundo es quien sujeta esas cuerdas y porque, precisamente, depende de cómo me sienta. Me pregunto cuáles serán las coordenadas específicas donde se encuentran atadas esas sogas que sostienen mi columpio. Quizás una esté en la China y la otra en Marruecos. Tal vez Alaska y Calcuta. Italia y Tokio.
Conservar el misterio lo hace aún más mágico. Mágico. Como mi propio universo, mi anatomía de estrellas y mi galaxia entera que crece incontrolablemente adentro de mí. Columpiarme me ha movido y trasladado de un lugar a otro; pero, quieta, tiesa o en movimiento, el planetario siguió dando a luz.
La escenografía alrededor del mundo ha maravillado cada esquina de mis pupilas; pero quien ha encandilado mis retinas ha sido aquella ilustración interior, que alumbra el viaje al centro de mi constelación. Me pregunto si seré astronauta o si habré desarrollado la capacidad de flotar con mi propia gravedad. Pues mis pies han sido la nave espacial más eficaz y quizá la NASA podría probar para sus próximos cohetes la voluntad, pues en mí ha resultado ser la pieza más valiosa.
Supongo que mi órbita comenzó a formarse desde aquel destello de luz que creció en mi meteorito nacimiento y mi guerra de las galaxias peleó contra todos los satélites artificiales para acabar dándole exclusividad a mis Plutones, Saturnos, Neptunos y Mercurios, que custodian y acompañan mi paso por la Tierra. ¿Acaso este telescopio podría ampliar la evolución de mi Vía Láctea? Pues, de ser así, le quito el modo «fugaz» a mi columpio y presento a cada estrella.

Peritos de una fuga
Peritos de una fuga es una cirugía sin anestesia, le corre el velo a la verdad, para dejar de colaborar con este sistema donde los abusos de poder, las mentiras, los bloqueos, las consecuencias orgánicas y las perpetuidades continúan su fluidez sin que nadie haga nada al respecto.
Desde la prisión de mi silencio, privada de mi verdad y de mi libertad, describí el escape maestro del alma fugitiva que hoy, después de tanto, tanto, vive en celeridad de la transformación de su propia realidad.

Mi adorable E.
Me metí en mar abierto. Creyendo que no había guardacostas. Me metí, en lo profundo. Azul. Creyendo que no llevaba bengala. Y justo cuando el naufragio se puso peligroso. Y justo cuando creí que no llegaría a orilla. Y justo cuando una razón se inclinaba por hundirse en el océano de la derrota… Otra razón fabricó su bengala e incendió un pedido al cielo. Había bengala. Y había guardacostas. Una supo pedir y la otra supo auxiliar. El relámpago se vio desde mi cielo interno. Y el pitido se oyó en mi adentro. La vela y el silbato venían desde lejos y desde el pecho. La esperanzada vuelta a casa después de haber naufragado con el mar. Mi adorable E. El faro de mi odisea para regresar.

28 rulemanes
Puedo decir, por primera vez, que tengo amarras y que me sujetan cuerdas. A decir verdad, aun así, me siento libre. Quizá sea porque el mundo es quien sujeta esas cuerdas y porque, precisamente, depende de cómo me sienta. Me pregunto cuáles serán las coordenadas específicas donde se encuentran atadas esas sogas que sostienen mi columpio. Quizás una esté en la China y la otra en Marruecos. Tal vez Alaska y Calcuta. Italia y Tokio.
Conservar el misterio lo hace aún más mágico. Mágico. Como mi propio universo, mi anatomía de estrellas y mi galaxia entera que crece incontrolablemente adentro de mí. Columpiarme me ha movido y trasladado de un lugar a otro; pero, quieta, tiesa o en movimiento, el planetario siguió dando a luz.
La escenografía alrededor del mundo ha maravillado cada esquina de mis pupilas; pero quien ha encandilado mis retinas ha sido aquella ilustración interior, que alumbra el viaje al centro de mi constelación. Me pregunto si seré astronauta o si habré desarrollado la capacidad de flotar con mi propia gravedad. Pues mis pies han sido la nave espacial más eficaz y quizá la NASA podría probar para sus próximos cohetes la voluntad, pues en mí ha resultado ser la pieza más valiosa.
Supongo que mi órbita comenzó a formarse desde aquel destello de luz que creció en mi meteorito nacimiento y mi guerra de las galaxias peleó contra todos los satélites artificiales para acabar dándole exclusividad a mis Plutones, Saturnos, Neptunos y Mercurios, que custodian y acompañan mi paso por la Tierra. ¿Acaso este telescopio podría ampliar la evolución de mi Vía Láctea? Pues, de ser así, le quito el modo «fugaz» a mi columpio y presento a cada estrella.

Alba a orillas del lago Pirulo
Es un libro que llega para acompañar y trabajar despacito en la recuperación en los rayos que todos hemos perdido alguna vez, sin abandonar jamás a la añoranza, el merecimiento y la esperanza de volver a brillar. Que se haga justicia en cada corazón y que me regresen el sol a su lugar. Que los miedos, que los peros, que los obstáculos le cedan la hora correspondiente al Alba.
Alba es un libro 100% ilustrado por Lui Mort que cuenta la historia de un sol que va perdiendo sus rayos y que con la valentía, el esfuerzo, el miedo y la esperanza inquebrantable de su poder los busca incansablemente, los encuentra y los regresa a su lugar.
Alba lleva una guía en su interior que te ayuda a saber cómo abordar el libro, como sostener y como recibir cada una de las imagenes y las situaciones que existirán en su interior, la guía te acercará las preguntas estratégicas para hacerte vos mismo o a los niñxs.
Alba quiere mantenerse donde le pertenece, Alba busca prevenir la vulneración de los rayos de cada individuo, Alba busca prevenir la vulneración de los derechos en las infancias o sanar la vulneración de esos derechos y regresar los rayos a su sitio.
Alba desea con todas sus fuerzas que cualquier apagón que cada corazón haya vivido, le den la oportunidad y el tiempo necesario de volver a brillar.
Alba quiere que la tomes con tus manos, con tu historia y te permitas esa paz, ese Alba.
Alba quiere que recorras tu camino a la inversa y recuperes lo que en algún momento perdiste y te mantengas viva en ese lugar de origen al que siempre perteneciste, tu amanecer.
Peritos de una fuga
Peritos de una fuga es una cirugía sin anestesia, le corre el velo a la verdad, para dejar de colaborar con este sistema donde los abusos de poder, las mentiras, los bloqueos, las consecuencias orgánicas y las perpetuidades continúan su fluidez sin que nadie haga nada al respecto.
Desde la prisión de mi silencio, privada de mi verdad y de mi libertad, describí el escape maestro del alma fugitiva que hoy, después de tanto, tanto, vive en celeridad de la transformación de su propia realidad.


Mi adorable E.
Me metí en mar abierto. Creyendo que no había guardacostas. Me metí, en lo profundo. Azul. Creyendo que no llevaba bengala. Y justo cuando el naufragio se puso peligroso. Y justo cuando creí que no llegaría a orilla. Y justo cuando una razón se inclinaba por hundirse en el océano de la derrota… Otra razón fabricó su bengala e incendió un pedido al cielo. Había bengala. Y había guardacostas. Una supo pedir y la otra supo auxiliar. El relámpago se vio desde mi cielo interno. Y el pitido se oyó en mi adentro. La vela y el silbato venían desde lejos y desde el pecho. La esperanzada vuelta a casa después de haber naufragado con el mar. Mi adorable E. El faro de mi odisea para regresar.
Alba a orillas del lago Pirulo
Es un libro que llega para acompañar y trabajar despacito en la recuperación en los rayos que todos hemos perdido alguna vez, sin abandonar jamás a la añoranza, el merecimiento y la esperanza de volver a brillar. Que se haga justicia en cada corazón y que me regresen el sol a su lugar. Que los miedos, que los peros, que los obstáculos le cedan la hora correspondiente al Alba.
Alba es un libro 100% ilustrado por Lui Mort que cuenta la historia de un sol que va perdiendo sus rayos y que con la valentía, el esfuerzo, el miedo y la esperanza inquebrantable de su poder los busca incansablemente, los encuentra y los regresa a su lugar.
Alba lleva una guía en su interior que te ayuda a saber cómo abordar el libro, como sostener y como recibir cada una de las imagenes y las situaciones que existirán en su interior, la guía te acercará las preguntas estratégicas para hacerte vos mismo o a los niñxs.
Alba quiere mantenerse donde le pertenece, Alba busca prevenir la vulneración de los rayos de cada individuo, Alba busca prevenir la vulneración de los derechos en las infancias o sanar la vulneración de esos derechos y regresar los rayos a su sitio.
Alba desea con todas sus fuerzas que cualquier apagón que cada corazón haya vivido, le den la oportunidad y el tiempo necesario de volver a brillar.
Alba quiere que la tomes con tus manos, con tu historia y te permitas esa paz, ese Alba.
Alba quiere que recorras tu camino a la inversa y recuperes lo que en algún momento perdiste y te mantengas viva en ese lugar de origen al que siempre perteneciste, tu amanecer.
